Cuando no se quiere ver
Pero... ¿y lo bien que se está?
¿O lo bien que se parece que se está?
Una apuesta al rojo, un gran golpe
En perfecta coordinación
De los argumentos, las mentiras,
De las chipas del pensamiento,
Del glanglio y la entraña,
Del fluir cálido y sanguinolento
Contra uno mismo, poniendo trampas
Con las huellas dactilares de tus propias manos.
Contra uno mismo, poniendo trampas
Con las huellas dactilares de tus propias manos.
Joder... Y se está genial
Quizás esa sea la famosa Tierra Prometida
O un viaje a los campos elíseos,
El Edén sin tentación,
Troya sin guerra,
España sin corrupción,
El limbo, una negrura cálida
Y suave que te mece...
La cosa es, que al final despiertas
Las neuronas se vuelven de cristal
Clavándose en los más profundo de las tripas
Y todo queda arrasado;
Como Nagasaki, Guernica, Siria,
El Tártaro, lleno de almas llorando,
Anubis disfrutando de como tu corazón
Lo devora un sabueso,
San Pedro tirando de la palanca
Y, mientras te traga el infierno,
Los demonios te esputan lava y fuego.
Lo doloroso que parece abrir los ojos
Para ver que te están echando tierra en la cara.
Pero una vez echas a volar y todo va quedando atrás
Aprendes a extremar cuidado, desde uno mismo
Para que no todo se diluya en oscuridad.
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