No atisbo a comprender la naturaleza
De los rizos de tus pelos recortados al raso
Pero es lo único que puede explicar
El motivo por el cual
Uno
Que yo
Haya conseguido escapar
Casi sin dientes
De tus agujeros
Y por otro lado
Que haya logrado completar con éxito el rito de invocación de tu ausencia
En el claroscuro de las rugosas nubes de mi subconsciente.
Mas justo cuando tiempo nos daba a los dos por muertos
Tú
Plácidamente
Tomas la decisión
Porque a ti te conviene
De irrumpir de nuevo
Una vez más con el castigo del rompecabezas que supone el laberinto eléctrico de tu mente.
(Idiota yo el primero por creer que esta historia tenía un final)
Tu mera ontología es un desafío para el arte de la ciencia
Y cada vez que abres esa boca
Ríos de sangre negra
Y piscinas de tinta roja
Con la violencia de un Dios en celo, se precipitan
Inundando las secas presas de ti en mi cabeza
Con tu imagen fumando desnuda
Tu imagen otra vez entre rejas en mi calavera
A ver, dime el por qué de esa insistencia en condenarnos al fuego eterno
cambiando palabras, comas, puntos y metáforas de nuestro epitafio.
Estás profanando el sarcófago del recuerdo.
¿Por qué has desafiar al destino que late invisible en el giro de los astros?
Sí, ese hado que se desborda en la razón y acción del género humano.
¿Por qué romper las cadenas de las leyes que rigen la lógica de todo aquello que muere?
Normal que hasta la luz de las velas tiemble
Sin que siquiera acto de presencia a hacer llegues
Que sepas que por tu culpa
Demasiados bosques ya se han transformado en bolas de papel enmarañado
Y a día de hoy
Se siguen acumulando, desdichadas, en una papelera,
En un montón que no para de crecer
Cada vez que a ti te da por aparecer.
Pero espera, si es que tienes conciencia, espera...
Que lo más cachondo no es lo que se crece entre mis piernas
Cada vez que me recreo con tu maldita silueta
Respirando
A mi lado
Bocabajo
No.
Igual que entras en escena como el mismísimo diablo engatusando
Huyes más rápido que el humo de la chusta de mi último cigarro.
Te lo montas así de fácil...
Antes de que caiga el telón del primer acto
De tu aparición en escena solo queda ceniza volando
Y mi monólogo se convierte para siempre
En el de un expolitoxicomano reenganchado.
Maganto.