lunes, 4 de enero de 2016

Mal apaño.

Por lo menos me puedo considerar
Parte de tu delirio de grandeza.
Tengo el consuelo de ser
Poco más que un cubo de basura
A tu lado; o el cubo de la ropa sucia
Al que siempre recurres
Para quitarte de encima tus despojos y desechos.
Parece ser
Que tienes el poder de avivar las ascuas del infierno
A golpe de ropa interior mojada.
Pero no creas que todo sigue igual
Que hace un lustro, su alteza.
El monstruo que creaste, alimentaste y desmembraste
Ha mutado, adaptado y evolucionado.
Nunca más comerá de tu mano
Y recibirá azotes sonriendo...
No hasta que pagues con tu dichosa ventura
Todo el whisky que le costó salir del averno:
Aquel rubio y húmedo agujero.

En esta guerra prima la lucha
Entre el impulso, la conciencia y la pereza.
Lo que viene a ser...
Uno: correrme dentro;
Dos: salir corriendo;
Tres: encerrarme para mis adentros.
No lo entiendo...
¡No lo entiendo!
No entiendo ni quiero entender como algo
Tan simple termina mordiendo
Tan fuerte en una herida
Tan bien cerrada con tanto hielo...
¡Un lustro de inviernos!
Que perdí la cabeza desde el primer momento.
¡Bah!
¿¡Pero que mierda hago dedicándote estos versos!?
Da igual, escucha, atenta:
Que no te miento cuando te miro con sutileza.
Sin embargo... demasiado humo nubló aquel pasado
En el que tantos otros empezaron rumiendo
Y con sus huesos terminaron dando en un nicho tierno.
-Estás tan maldita que no se cura ni con romero-
Así que saco de mi fuero interno
Toda la fuerza que puedo
Para cambiar las reglas del juego
Y darte de comer yo, de mi mano
¡Puf!
Parece que tu embrujo
Terminó antes de tiempo.
Pero no te vayas, aún noto el efecto.
¡Quieta! Y mírame a los ojos.
Aquí no pasa absolutamente nada,
Aquí no queda absolutamente nada
Ni siquiera el viento para
Vergüenza ajena siente de nuestras caras.
¿Aún no lo entiendes?
JO-DER
Sigo intentado creerme mi gran mentira.

Maganto.