Uno de los hechos más curiosos de esta vida
Es la cara de sorpresa que se nos queda
Cuando una hoja roja nos atraviesa desde la espalda
Y aparece
Como una flor sin nombre
En nuestro pecho, goteante,
Como si el gran falo del destino
rompiese por vez primera el himen
(o la confianza)
Que tanto nos ha costado recomponer.
No creo que nadie recuerde exactamente
Cómo ocurrió la primera vez.
Quizás
El mismo hecho de nacer
Sea esa primera vez;
Quizás
Tras acumular una cifra soez
De puntas de cuchillo asomando como narices frías y torcidas
Con la mala idea de destruirte como ser
-Y es que la cosa tiene narices-
Es cuando la inocencia
Pierde la guerra
(¿una y otra vez?)
¡Qué más da
Si la vida puede ser cantada y entonada
Con la suave melodía de la traición
en un compás
en el que nadie se pierde, ni se queda atrás!
Prepárate
La siguiente navaja, no será otra transición,
La siguiente
Te partirá en dos.
Maganto.