viernes, 27 de marzo de 2020

270320 - Autodestrucción es sinónimo de amor.

Dientes rotos sobre la almohada;
Uñas quebradas, dedos sangrando tinta
Mezclándose con el agua marina de una espalda.
Agujas clavándose sin piedad en brazos y piernas;
A oscuras, volutas de humo verde se transforman
En estratos de niebla clara, suspendidos sobre el sofá
El saxofón del apocalipsis se pone a improvisar
Y derroca al sol sostenido menor con una escala cromática
La excusa perfecta entra en escena
Y se queda inmóvil, la traición hecha escultura
De frío mármol blanco de carrara.
El verbo ser se hizo carne sobre el lienzo de la mentira
Y el aguanieve del prematuro abril, se derrama
Desde las dos esferas que asoman en las grietas de un rostro hiperrealista
Desconfigurado por la sorpresa de encontrar nuevas heridas.
A un incansable tempo andante graziosso, sigue la letanía
La contradicción del ser o no ser contrapuesta
A la pluralidad de la primera persona
Frente al tu y yo, en singular como soledad.

Todo lo que no es amor, es teatro
Y el teatro nace del amor
Pero de un amor rojo, sanguíneo,
Dichoso en sus huesos rotos
Por haber tropezado tanto
Y seguir, aún así, valiente caminando
Orgulloso de caminar cojeando.
Las hadas no escriben finales felices en los cuentos
Eso es una patraña, un bulo, ilusión.
Desde las entrañas nos abrimos paso al mundo
Todos nosotros
Y el palpitar de una emoción -que no iba a ser menos-
Mana desde los órganos internos
Incisivo, visceral, corrosivo.

Por tanto, todo lo que es amor, hace daño
Es un sacrificio a invisibles entes de nuestra mente
Ya sea amar a una persona, un libro, un instrumento
O a todas las formas cambiantes del arte.
Primero hazte daño tú a ti mismo,
Aprende a quererte y a maltratarte,
Y solo entonces
Podrás dejarte llevar por el dios que elijas en este mundo
De pasiones asonantes.

Maganto