El dulce abrazo de una noche cerrada
En una primavera presa
De su propio instinto de supervivencia
Empapa, con su rocío
El camino asfaltado bajo los ojos.
El sosiego hecho luz de luna,
Nube y sombra.
La tóxica calma previa a la tormenta.
Gotas naciendo a contrapelo
Enredadas en palabras
Que se pierden en el silencio ahogado
Del fulgor de los rayos que dibujan
Con el sonido previo del trueno
En el sistema nervioso, pensamientos.
Caos neurótico y neuronal
La sangre corre como el viento
Alimentando sensaciones de otro tiempo
Recuerdos
Atados con sogas al cerebro desafiando al dios del tiempo
Al todopoderoso olvido
Al desgaste inherente del calendario
De las manecillas del reloj
A lo que en otra época fue, pero ya no.
Detrás de la cortina de dolor
Hay una verdad que hace aún más daño
Que las cuerdas clavándose sin reparo
En la carne de mi psique.
No te echo de menos
A ti, no.
Me echo de menos a mi
Cuando sonreías y yo era feliz.
Un relámpago parte al cielo en dos
Y a las nostalgia en siete,
Y no veas como duele.
Maganto