Veo al amor hacer la guerra;
Al filo oxidado por el desuso
Clavándose en las entrañas
Detrás del pecho, en el punto ciego;
A gente ladrándose unos a otros por su idea,
Idea defendida desde el sofá del antro
Que los esclavizará de por vida
Y su progenie venderá a la primera de cambio;
Al mediterráneo oriental estallando en llamas,
Por la recalificación de terrenos,
Y la des/repoblación de las razas;
A la vejez a la soledad y a la muerte dándose la mano;
Al fondo del mar lleno de toallitas húmedas
¿Así pensamos limpiar el mierda que tiramos?
Al rico robando y reírse en nuestra cara
Porque la justicia tiene un precio
Que no puede pagar
Quien roba un paquete de arroz;
Al nacido en África muriendo de hipotermia,
A la mujer queriendo denunciar
Y al policía diciendo que es mejor esperar,
Al homosexual perseguido,
Al poeta en la cuneta
Y para el dictador una calle entera.
Se me llena la boca de cristales
Y me suturo los labios.
La lengua me sabe hierro.
Cierro mis ojos como ventanales
Y sigo caminando descalzo
Haciendo caso omiso al daño
Hasta que me atragante por tanto tragar
O me desangre por no saber como actuar.