Ritmo, sudor y melodía.
El reloj se clava los dientes
En su cola de serpiente
Con saña: El Tiempo, un electrograma inerte.
Se estira a contrapelo la piel,
La sangre huye despavorida del cráneo,
Luz negra de la luna nueva
Brillando en el epicentro de verdimarrones mareas gemelas,
Los poros se dilatan, suplicando clemencia,
Vello erizado por contactar con sobrenaturales presencias.
La boca saliva,
La piel transpira,
Las entrepiernas, duras, sin consuelo lloran,
El colchón discute a contratiempo con el secundero.
De la mirada a la conversación,
De la mueca sonriente al labio presa de los dientes
Y en un chasquido, al orgasmo.
El cronógrafo se paró: Saturno ha muerto.
-SILENCIO-
Justo antes de tirarse al vacío la noche
Dos músculos sanguíneos bombeantes
Compitieron por acompasarse
En la falsa quietud de la hora del lobo.
El fantasma de la ausencia
Proyecta tu sombra a mi lado.
Las sábanas tiemblan de frío
Al son de cuatro abandonados latidos.
Las estrellas se apagaron,
La oscuridad se ha encendido,
Los recuerdos son verdugos del descanso
En el juego del caos enmudecido.
Maganto.
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