Ayer parecía que terminaba el periplo
De treinta y tantos días bailando con versículos
Pero eso está muy lejos de ser cierto.
Sigue la rueda girando,
Se siguen las astillas clavando
En lo más profundo del tintero
Donde encendida sigue, cual lucero
Brillando indómita la inquietud
De tatuar palabras en papel
Y teclear obseso la inverosimilitud
Y el sabor de la hiel.
Tachones, papeles por la mitad rotos,
Otros con mimo guardados
Hasta que el polvo los convierte en cenizas.
Lo que vives, sientes, callas y siembras
En un mundo que cada día que pasa
Se va un poco más a la mierda
Es poesía
Y te está mordiendo, por si no lo sabías.
Maganto
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