Algunos se han creído con el real decreto académico
De dictar –de forma concreta y correcta- la definición de lo etéreo
En la jaula castellana de dos silabados sonidos llanos.
De dictar –de forma concreta y correcta- la definición de lo etéreo
En la jaula castellana de dos silabados sonidos llanos.
Otros lo achacan a complejos procesos químicos
Que poco tienen que ver con gusanos alados
Revoloteando donde se gestan ácidos gástricos
–finalmente, expulsados por el ano-.
Que poco tienen que ver con gusanos alados
Revoloteando donde se gestan ácidos gástricos
–finalmente, expulsados por el ano-.
Y a la mayoría se les llena la boca con ello
A pesar de que no bailan al son creador
Implícito en la energía que se remueve por dentro
Cuando lo irracional sale airoso del golpe de estado
Y domina al pensamiento.
A pesar de que no bailan al son creador
Implícito en la energía que se remueve por dentro
Cuando lo irracional sale airoso del golpe de estado
Y domina al pensamiento.
Pero –spoiler- la realidad no existe.
Los cuentos de hadas que terminan con perdices masacradas
El ególatra encandilado con su propio reflejo
El eco de su cadáver sirviendo de estiércol
A las raíces de un árbol que florece
Simbolo de lo imposible, de lo eterno.
La locura del hijo del tiempo
Raptando, preñándo y violando
A diestro y siniestro
La sombra del reflejo de un recuerdo
Con alma de suicida
que reaparece, indiscreto,
Contaminando el ritmo, las notas,
Los compases, la tónica y la subdominante
De una canción que no conjuga con su conjuro
La repentina aparición de aquel pretérito imperfecto.
La mano derecha marcando en el escroto el tempo
El índice y el corazón hurgando en el agujero de la vida
La finalidad de la octava sinfonía
Es poner colorada la cara oculta de la inocente luna.
La esencia de la primavera
El cristal de invierno en el que se convierten las heridas
La asesina curiosidad
Nos obliga a mirar atrás
Hacia el pasado
Y se pierde la oportunidad
De escapar, de milagro,
De caronte, de Cerbero
De los nueve círculos del infierno
Del fuego eterno
De los brazos de Satanás
Y otra vez, en bucle
Vuelta a empezar.
Una mentira disfrazada con las galas del autoengaño
El consentimiento de aceptar las excusas prefabricadas
Por otros, para los que fueron verdad antaño.
Dos niños en el parque jugando al matrimonio
-que feliz es uno ignorante dentro del quebradizo cascarón-
El pulso a contratiempo de la noche aullando
En el fondo de una copa de vino
A la luz de las velas tiritando
El frenético oleaje drogadictivo de la electronica
Fusionado con rock, jazz, swing
Cuatro pupilas se cruzan, se chocan,
Se entrelazan, saltan las chispas
Y llenan de llamas el espacio de un bar
dedicado a la orina
Se desborda de versos, gemidos
De el sentido que tiene la poesía.
La sielenciosa sierpe, siseando por lo bajo,
Con burla,
Cada vez que escucha
Nunca más me vuelvo a enamorar.
Su bífida lengua sigue lamiendo la punta de su cola
(No hay nadie más ciego que el que no quiere ver)
La imaginación estallando en un plano 2-D
Primero, estática: Blanquinegris, Negrislanco
Y… al cabo de un rato…
La tinta es la proyección sombría del amparo de un árbol
Manchando la fibra de papel
Con la verdad de a quien Afrodita
Miró de soslayo.
El morbo a lo prohibidoPrimero, estática: Blanquinegris, Negrislanco
Y… al cabo de un rato…
La tinta es la proyección sombría del amparo de un árbol
Manchando la fibra de papel
Con la verdad de a quien Afrodita
Miró de soslayo.
Para transgredir, la excusa perfecta
Y el morbo de prohibir
Es una tapadera malograda
Para evitar ser, racionalmente, animales queridos
Solo es viable la fórmula Chica-chico
La culpa es la prisión perfecta
Para encadenar a lo único que nos hace libres
La conciencia
Dejarse llevar
Sin pisar a los demás.
Historias de color de rosa
Aunque la vida se parezca más
A la sangre roja.
La cicatriz de unos dientes en la almohada
La de las uñas en la espalda
El sonido de una arcada
Cuando el coral se empieza a desteñir
Empapando la pulcritud de unas sábanas
Que cubren con olor a suavizante de melocotón
Los muelles oxidados de un viejo colchón sudado.
La sensación de despegarte del suelo
Salir volando y acercarte a lo divino
Aunque gracias mito, sabemos como acabó
El primogénito de Dédalo
Cuando escapó del laberinto
Y se enamoró del Sol.
Las versos que aquí están escritos
Y los que en la memoria se han perdido
Mas los que aún quedan por ser víctimas del olvido
Todo es una ficción.
Y el impulso, una fricción.
No me gusta
Los tiempos modernos
Me han hecho odiar el vocablo
Pero aquí concluye esta rapsodia
Otra oda más, dedicada,
sin asperezas
A eso que los humanos llamamos Amor.
Maganto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario