El rebote de la luz de la luna llena,
Luna de Otoño, impacta de lleno en la Tierra.
Los fantasmas bailan
Dentro de nuestras calaveras
Y así es como empieza la melodía
Que le da voz a la poesía.
Se desmorona hacia el suelo la niebla.
Musgo etéreo, blanco y aterciopelado.
Se condensa en el pensamiento.
Aparecen rostros congelados,
Prematuros momentos pretéritos de otro invierno
Se agitan, se quiebran en el hielo.
Te miran, te ríes,
Los miras, sonríen.
Solo los locos sacan a bailar
A los ángeles despeñados
Pero en el destierro nunca,
Bajo ningún concepto
Estarás solo.
La providencia reserva eso
Para cuando las campanas se doble
Dando tu misa de muerto.
Nunca
A lo largo y ancho del espacio-tiempo
Mientras la savia roja recorra
Incansable
tu circuito interno
Estarás solo.
Guarda silencio,
Mira al cielo,
Rodea ese cerco,
Llega al otro lado:
Las voces son pulsos inquietos
Solo hay que darles forma,
Solo queda rizar el viento...
Inspira.
(Luna llena)
Respira.
(Época de celo)
Maganto.
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