jueves, 10 de noviembre de 2016

La inmunidad del proscrito.

Maldita la hora cuando todos los locos te señalan y
Te acusan con furiosa cólera y gritan, al cielo:
“¡TRAIDOR!”
Con los ojos inyectados en sangre mientras que la ira,
Es decir, sus neuronas desquiciadas,
Fantasean con hacer realidad la purga.

Bendito el momento cuando eres inmune a los rayos y
La suave lluvia te lame y el viento te tatúa:
Libertad
El frío hace que el humo se retuerza
Es decir, hace que todo su espectáculo
Quede reducido a lo que es: nada.

Maganto.

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